DESAFÍOS y POTENCIALIDADES DE RELLENAR EL TRACKER MEDIANTE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
La triangulación de técnicas de investigación cualitativa, como el análisis documental, los círculos de conversación y las entrevistas, demostró su eficacia a la hora de obtener las informaciones necesarias para trazar el estudio anfitrión a través del Tracker.
El análisis documental proporciona una primera aproximación a través de planes de trabajo, proyectos de investigación, informes y materiales complementarios como páginas web, artículos, etc. No obstante, dado que en el análisis documental no es posible capturar toda la información sobre las actividades asociadas a cada categoría del tracker, los círculos de conversación permiten acceder a información complementaria e incluso identificar a las personas clave a entrevistar. Este proceso secuencial puede aplicarse de forma iterativa, hasta que pueda completarse el tracker y/o se sature la información sobre el estudio anfitrión. Para ello, es esencial determinar el nivel de detalle deseado en el mapeo, asegurándose de que las técnicas utilizadas permitan captar los datos específicos.
Especialmente en el caso del mapeo de estudios retrospectivos, el proceso de estimular los recuerdos, para que los participantes, tanto en los círculos de conversación como en las entrevistas, sean capaces de recordar las experiencias correspondientes a cada categoría/actividad del tracker. Parte del proceso de evocación de recuerdos consiste en traer a la memoria experiencias similares, así como compararlas y correlacionarlas con otros temas. En este sentido, es función del mediador guiar la conversación para explorar los temas más relevantes,
evitando que las personas se pierdan y no consigan responder a las preguntas principales del mapeo. Para ello, es esencial no restringir el flujo natural de información y la forma orgánica en que surge. Para agotar las posibilidades de contribución de un participante, hay que permitirle que organice sus pensamientos, pero también asegurarse de que haya un mínimo de estructura para que la información se transmita y comprenda eficazmente.